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Bajo The One Roof

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A Barcelona no le faltan hoteles boutique elegantes.

La nueva Casa Bonay podría ser dejada de lado como otro más, si no fuese por su contundente personalidad, su meticulosa restauración y sus valores cuidadosamente seleccionados.

La original ‘casa’, que se encuentra situada en el barrio del Eixample de Barcelona, en la Gran Vía y muy cerca de la Plaza de Tetuán, una vez perteneció a Antonio Bonay, que era dueño de un próspero negocio de madera y carpintería. Data de 1869 y, como muchos otros edificios en la zona de la misma época, cuenta con galerías y balcones, puertas francesas y un umbral majestuoso, en este caso con magníficas puertas talladas de madera noble. El interior, como era de esperar en una familia de la burguesía, se distingue por las columnas de hierro, ménsulas esculpidas, chimeneas de mármol y baldosas con diseños de Nolla. (Las baldosas Nolla del suelo estaban hechas de gres, y se consideraban de calidad superior a las hechas con cemento tintado).

Abandonada durante décadas, muchos de estos elementos se encontraban en un estado deplorable cuando Inés Miro-Sans decidió convertir la Casa Bonay en un hotel. Aunque la estructura tuvo que ser completamente remodelada para acomodar las 67 habitaciones del hotel, las áreas comunes restauradas ofrecen una instantánea del glorioso pasado del edificio yuxtapuesto con un diseño ético moderno, la actitud de los “creadores”, y una considerable selección de detalles.

Quizás el espacio más espectacular del hotel es la sala de la planta baja, ahora una zona lounge denominada “Libertine”. Su decoración presenta paredes de color verde apagado, muebles exclusivos, alfombras marroquíes y está dominado por la luz suspendida que revolotea del “Cirio” de Antoni Arola, una espectacular composición circular inspirada en las grandes lámparas de la mezquita Hagia Sophia de Estambul.

La zona del café, con paredes de ladrillo desnudo y muebles de pino, es de estilo más escandinavo, y cuenta con estaciones de café de los tostadores artesanales de Satan’s Coffee Corner y zumos fríos prensados Mother. Frente al mostrador de la recepción, hay una tienda pop up de camisetas de baTabasTa, cuyas impresiones retro se han convertido en papel tapiz para las áreas de la planta baja. Otra idea inspirada es la instalación de una mini tienda en el mostrador cerrado de la conserjería original, Blackie Books, la editorial barcelonesa con las portadas ilustradas de mayor inspiración.

Las habitaciones de la Casa Bonay están menos elaboradas: las formidables baldosas del suelo han sido recuperadas en la medida de lo posible, y los accesorios del baño se ajustan a los estilos originales. Las camas están envueltas en lujosas sábanas de yak de Teixidors, la empresa textil con sede en Terrassa dirigida como una empresa social, y los balcones traseros dan a uno de los patios interiores más amplios del Eixample. 

La intrincada puesta en escena que ha creado Inés en su hotel no produce una sensación “de marca” o “a la moda”, sino la visión de alguien con un gusto ecléctico y un buen ojo para la calidad. Ya se ha convertido en un lugar de encuentro popular entre las madres de la zona para tomar un café y los viajeros que buscan experimentar algo genuinamente barcelonés.

Fotos: Metrixell Arjalaguer
www.casabonay.com

Suzanne Wales